En la barra con Nokora Specialty Coffee

En esta ocasión, nos sentamos a conversar con Alejandro, uno de los fundadores de Nokora Specialty Coffee, una de las propuestas más sólidas y auténticas de café de especialidad en Bilbao. Su historia es un claro ejemplo de cómo la pasión, el conocimiento y la visión pueden transformar una industria tradicional.

Del mundo de la electrónica a la barra de café

Alejandro no llegó al café por casualidad, aunque sí desde un camino poco convencional. Tras casi dos décadas trabajando en otra empresa, donde se formó en control de calidad, decidió dar un giro profesional y apostar por un sueño propio: acercar el café de especialidad a su ciudad. “En Bilbao, el café era torrefacto en su mayoría. Ahora, cada vez más personas buscan algo diferente”, nos cuenta.

Bilbao empieza a saborear el café de especialidad

En los últimos años, y especialmente en el último año y medio, el cambio ha sido palpable. Aunque el camino no ha sido fácil, cada vez hay más locales que apuestan por cafés de origen, de calidad y con historia. “La gente empieza a preguntar, a diferenciar sabores. Y eso es clave para que este movimiento se mantenga”, dice Alejandro.

El futuro pinta prometedor: “En cinco años, el consumidor vasco sabrá distinguir un café bien tostado, de buen origen, y tomará decisiones conscientes”.

Educación, origen y perfil: las claves de Nokora

En Nokora Specialty Coffee, no se trata solo de servir café. Se trata de crear un vínculo entre el producto, el productor y el consumidor. “Queremos entender qué le gusta al cliente, y a partir de ahí, proponerle algo que se adapte a su paladar: chocolates, caramelo, florales, frutales…”.

La rotación de orígenes y procesos es parte del ADN del proyecto, ayudando a los clientes a entender la estacionalidad y la diversidad sensorial del café de especialidad. Los perfiles de espresso y filtro se trabajan por separado, siempre buscando equilibrio, claridad y autenticidad.

Una cadena transparente, una relación con propósito

Alejandro destaca la figura del importador como un eslabón esencial para mantener la trazabilidad y la relación con origen, valorando su compromiso con los productores, la transparencia y la construcción de relaciones duraderas.

“La certificación es importante, pero en Nokora preferimos valorar otros parámetros: la conexión con el productor, la forma en que trabaja, cómo trata a su comunidad. Eso, al final, tiene mucho más impacto”, afirma.

Inspiración y comunidad

Alejandro no camina solo. A lo largo de su camino ha encontrado referentes, personas que lo han inspirado y lo han acompañado en su evolución. “Este mundo tiene algo especial: conecta a personas con una visión común. Y eso te empuja a mejorar cada día”.