Cold brew-El café de proceso lento
Con la llegada de las altas temperaturas, apetecen bebidas más frías, y la fórmula perfecta de seguir disfrutando del café es preparándolo mediante el método Cold Brew.
Cold brew no consiste en preparar un espresso para después agregarle hielo, no, es un método de preparación en sí, consistente en infusionar el café molido con agua a temperatura ambiente, y dejarlo enfriar durante al menos 12 horas.
El proceso es lento, ya que durante su preparación en ningún momento interviene el aumento de temperatura, por eso el tiempo es el factor clave en esta preparación, ya que las reacciones químicas que se producen durante la extracción se producen más lentamente.
Cada barista debe experimentar y establecer cuántas horas de maridaje se requieren para resaltar las diferentes cualidades según el café utilizado, el peso del café… ya que el resultado puede resaltar más unos matices u otros. Por ello, no existe una fórmula exacta, siendo la elección cuestión de gustos aunque sí que existen unas pautas generales para ayudarnos a la preparación.
El tamaño de la molienda debe ser similar al que se utiliza en la cata, es decir una molienda gruesa y un nivel de tueste medio según la Fundación Iecafé. Por otro lado si utilizamos entre 60 y 80 gramos de café nuestra bebida tendrá un sabor ligero y refrescante, sin embargo, si aumentamos el peso entre 80 y 120 gramos el sabor será mucho más intenso, ideal si queremos agregarle un poco de leche.
El resultado final es un café que mantiene intactas todas sus propiedades pero que presenta una menor acidez, ya que es diferente de cualquier otro método de extracción debido a que la temperatura del agua no es elevada.
Una vez lista la bebida, ésta puede conservarse hasta un máximo de 2 semanas en la nevera, teniendo en cuenta que cuanto más tiempo pase el resultado final se verá modificado.