Mujeres en el mundo del café
Según un estudio de la FAO, las mujeres destinan la mayor parte de sus ingresos obtenidos a cubrir las necesidades de su hogar. Así pues, gracias al trabajo de miles de mujeres cafeteras, se favorece el desarrollo económico y social de estas zonas productoras.
No es fácil encontrar estudios con información fiable sobre este tema. Muchos datos son difíciles de recoger, sobre todo en lo que a economía sumergida se refiere. Por ello, debemos tener siempre muy en cuenta el contexto cuando pretendamos interpretar este tipo de informaciones.
La Alianza Internacional de Mujeres en Café es un organismo dedicado a promover la igualdad de género en este sector, y afirma que la estrategia de desarrollo que consigue mejores beneficios para la sociedad en general es aquella que involucra hombres y mujeres como activos por igual. Además, es muy probable que las productoras con menos ingresos y de procedencia indígena tengan menos recursos para entrar en la redes comerciales que mejorarían el rendimiento, la calidad y la comercialización del café que producen.
Hay muchas organizaciones que trabajan para mejorar las condiciones de las mujeres en la industria del café
Pero las jornadas de trabajo son duras y en un medio rural, donde las desigualdades entre hombres y mujeres se agravan, existe una clara desigualdad en cuanto a salarios, y también una diferenciación respecto a los roles que desempeñan las mujeres en la toma de decisiones y de poder, donde muchas veces juegan un papel de subordinación respecto a los hombres.
La intervención de las mujeres en la cadena de valor del café siempre ha sido fundamental, participando en todas y cada una de las etapas de producción y comercialización del café, desde la preparación del terreno para la siembra hasta la cosecha de los granos de café y la selección manual, pasando también por el proceso de beneficiado hasta la preparación para la exportación y su posterior venta. No obstante, se estima que del total de mujeres que trabajan en el café solo un 15% ocupa posiciones de liderazgo o de toma de decisiones. Sin embargo, estos roles varían dependiendo del país; por ejemplo, en Vietnam, las mujeres representan casi el 50% de los puestos de comercialización del café dentro del país, mientras que en Uganda las mujeres realizan la mayor parte del trabajo de campo y los hombres se dedican a la comercialización. Mención a parte merece el tema de la propiedad, en la mayoría de países, las mujeres son la fuerza laboral primordial sin ser propietarias de la finca y del café.
Pero cada vez más, y gracias a su incesable trabajo y lucha durante años, las mujeres empiezan a ser parte activa de todas las actividades de la cadena de valor cafetera, ganando poder en la nueva toma de decisiones y en la realización de todo tipo de actividades y desarrollando nuevas habilidades, lo que supone la creación de oportunidades para mejorar las condiciones de vida de ellas y de sus familias.
Muchas mujeres cafeteras se sienten orgullosas de trabajar en el sector del café, pues hoy día producen cada vez más cafés de mayor valor añadido, exportan su propio café a todo el mundo y ganan concursos internacionales de cafés de especialidad como baristas o catadoras.
El futuro se divisa con un crecimiento en el número de mujeres en el sector del café: campeonas en barismo, propietarias de negocios, productoras, tostadoras… una generación de jóvenes que se está haciendo un lugar en los nuevos mercados de especialidad.